jueves, 6 de agosto de 2009


Hace 48 horas seguidas que te pienso. Sigo tus pasos, recreo tus caras, hasta puedo imaginar los chistes que podrías hacer sobre tal o cual situación. Te palpito, poniéndome en tu horario y lugar, y cierro los ojos al compás de esta ciudad que oscureció temprano y poco a poco irá enfriándose cada vez más. Me pregunto entonces si esta noche te pondrás tu sweater azul con rayitas blancas, y si extrañarás mis brazos inquietos buscando abrigo entre tu ropa. ¿Volverás a casa esperando encontrarme entre tus sábanas? ¿Soñarás conmigo, evocarás mi perfume? ¿Acaso me hablarás cada tanto a la distancia? Ojalá. Ojalá el espacio agigante el amor y lo que hoy me arde mañana sea mi bálsamo.Lo decía hace unos días, como irte sin sentir culpa? No sé despedirme, me cuesta el desligue y sobre todo me cuesta que seas el que se va. Podría irme yo, y si bien te extrañaría horrores y patalearía a solas (mentira, ya te veo decir, soy el mejor testigo de tus angustias) tarde o temprano encontraría mi sosiego. Volvería a la rutina, me rodearía de amigas y dejaría que las horas transcurran en paz. Lejos, en cambio, la vida funciona a otro ritmo. Todo es nuevo, distinto, y los días se cuentan en sí mismos y no son meros componentes de una semana más del mes. Ya ves, apenas vamos48horas separados, y podría encerrar en ellas un mundo. Pero no te preocupes, 'cause without you, baby, it's not much of a world.

No hay comentarios: