lunes, 27 de julio de 2009

Estar con vos da ganas de volar, de tocar el sol con los dedos y acariciar la luz de tus ojos azules mientras me estàs mirando. Mientras lo hacès, parece que me conocieras de toda la vida, que estàs adelàntandote en todas mis palabras, que conocès cada uno de mis movimientos, y hasta aquellas dudas que no lleguè a dudar. Y justo cuando sonreìs, el mundo da una vuelta completa, para que te dieras cuenta de que extraño tu sonrisa cuando no estàs y que siempre quisiera que estès conmigo andando por ahì en silencio, de la mano caminando con los ojos cerrados. Hermosa es tu sensaciòn, esa que ves cuando llegas a lo màs profundo, esa inspiraciòn que se rompe en millones de luces disipadas en el tiempo. Millones de veces te dirìa cuanto me hacès delirar, corriendo libre por mi verge mientras el viento despeina nuestras ideas. Acà a tu lado, hay flores pintadas en la pared, hay luz en plena noche de luna, hay un reloj congelado que nos mira fijo esperando que nos besemos. Es el momento justo, el sentimiento menos confuso. Son todas esas ganas de llamarte a las 3 de la madrugada para decirte que acabo de soñar con tu cuerpo, mirar el techo y darme cuenta de que el amor esta llamando a mi puerta. Que mi almohada me cela porque te nombro cada media hora. Es imposible dejar de pensarte, es inevitable hacer que me entiendas, que comprendas que soy una marioneta en un mundo de juguete delirando por conquistar al Ken de la mansiòn. Es una forma màs de decirte que mi vida tiene un nuevo mètodo de amar. Mi coraza se rompe en mil pedazos cuando me saludas al despertar. Mi casa rebalsa en alegrìa y los miedos ya no son mi compañìa. ¿ Dònde estuviste escondido todos estos años de mi vida ? Te estuve buscando deseperada, encontrando migajas que me dejabas a la vista, me hice una fan màs de tus esperanzas y creencias. Crecì soñando con una persona especial, que me haga abrir los ojos para poder ver la luz del sol. Creì haberte soñado tantas veces que me parecìas casi imposible. Pero acà estàs, recostado conmigo, con tu cabello despeinado y tu perfume desparramado sobre toda mi piel. Con marcas de guerra ganadas con los labios, con regalos de placeres inconducentes, de luces intermitentes. Con làgrimas que ayer eran de dolor, y hoy son de sudor, con un rico olor a miel, vainilla y a bebè. Velas aun encendidad, vestigios de un suspiro que se lleva el viento; dejàndonos sin aliento una vez màs.

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