martes, 22 de septiembre de 2009


Se me derraman las ganas de verte. No puedo evitar que este vaso se colme. Mi cuerpo ya no soporta tanta presión, necesito desahogarme. La música no me ayuda, escribir no me ayuda, tocar el violín no me ayuda, no me ayuda nada; sólo necesito romperlo todo, romper con todo, con esta necesidad que tengo de sentirte de mi mano. Y mira que no me gusta pedirle cosas a “Dios”, pero ya se lo pedí muchas veces. Hoy... de momento sólo quiero dormir con vos. Dormir con vos, despertarme adormilada y pensar que estoy soñando al ver que estás tumbado a mi lado, con esas pestañas y esos labios y esos hombros y...Y vos sos todo entero es para mí. Es... no sé, es como demasiado bueno para ser cierto. Estoy demasiado feliz como para que esto sea la vida real que describen por ahí. Bueno, todo bien, hay algo con lo que no estoy contenta. Siempre que tenemos nuestra particular bienvenida, termino teniendo agujetas. Las frases se escapan involuntariamente, ya no puedo remediarlo, fluyen y explotan en fuegos artificiales creados por esta sensación de plenitud. Plenitud y amargura porque no te tengo acá, a 5 milímetros de mí.En vano estos intentos de soltarlo todo. En vano estas palabras, estos párrafos llenos de impaciencia, de inquietud, de no saber qué hacer. Impaciente porque ya faltan tan sólo 25 días para verte, sólo 25 días. Impaciente porque no sé si me va a dar tiempo para cumplir mis propósitos. Impaciente porque quiero tocar ya tu piel y ver mi sonrisa reflejada en la tuya. Impaciente por sentir esta brisa de noche veraniega con vos, a tu lado, sentados en el alféizar de la ventana que da a la terraza, mirando a las estrellas y abrazados el uno al otro. En silencio, pensando. O sin pensar. Sólo sintiendo el momento. Espero ese momento en que mi respiración se corte por verte, espero ese momento en que mis latidos lleguen a tal punto que no pueda contener las ganas de decirte te quiero...Hasta entonces, espiro profundamente, e intento relajarme. Pero es imposible, y vuelvo de nuevo a sentir que me van a estallar las entrañas de un momento a otro...En la brisa ya se siente la primavera. Se ve que ella también está impaciente por vernos juntos. O ella sabrá por qué.