sábado, 5 de septiembre de 2009
Que lindo, que raro, que loco volver a hablar con vos. Sigue existiendo esa esencia que jamás se va a ir, lo puedo asegurar. Siempre terminamos recordando, y hoy llegamos a otra conclusión y fue que a ambos nos pasa lo mismo y no sabemos bien el porqué. O mejor dicho a veces no queremos saberlo. Y vos ahí, atrás de una pantalla, y yo acá, atrás de otra. Y me tiemblan las manos cuando te escribo, y me late el corazón esperando tu mensaje. Esas letras me dan vuelta en la cabeza todo el día. Y vos me decís que queres ir a fumar ya, que estas nervioso. Y yo me voy al cuarto, y pongo música en mis oídos y te vuelvo a recordar. Y nos buscamos todo el tiempo, y paso y te veo caminando. Y sé que lo hiciste a propósito. Y cuando escuché tu voz atrás mió fue increíble la vergüenza que sentí. Y me dijiste que era tonta y lo sé. Pero te juro que me pasa, que no puedo evitar nada de lo que me pasa. Y cuando te dije que ya nada era lo mismo, por tu situación te quedaste callado, te enojaste, y te entiendo te juro. Y nos ponemos celosos por cosas que nos contamos, Y sabemos que está completamente mal. Y no quiero crearte conflictos, pero vos me seguís buscando cuando yo aflojo. Y así estamos corazón. En un tire y afloje constante, llenos de ganas, llenos de tantas cosas que nos tenemos que decir. Y realmente me encantó que leas un poco de todo lo que te escribí en esos momentos en que te necesitaba cerquita. Y sé que no supiste que decir, y todo vuelve a empezar.